Contra Phylloxera, la primera opción fue usar insecticidas o
sustancias que afectan el crecimiento del bicho. En la mayoría de
los casos el control del insecto no se mantuvo a largo plazo y los
tratamientos afectaron también las plantas y el entorno de los
viñedos.
Como el daño de Phylloxera está en que devora y
pudre las raíces de las vides, la segunda alternativa de control que
se planteó fue el uso de esquejes de las variedades de la vid
europea injertados en esquejes de vides de especies
norteamericanas que ya poseían resistencia a la Phylloxera. Al
plantar estos esquejes injertos, la parte inferior proveniente de vides
de especies norteamericanas desarrolla las raíces de la planta y la
parte superior del injerto es la que estará sobre la superficie y más
tarde dará las uvas.
Una tercera opción de control fue generar variedades híbridas, es
decir provenientes de cruces entre variedades de la especie
europea, Vitis vinifera, y las plantas de las especies
norteamericanas como Vitis labrusca y Vitis rupestris. Con la
esperanza de que los híbridos heredaran de sus progenitores
norteamericanos la resistencia a la Phylloxera y conservaran las
características ya conocidas de las variedades de la vid europea.
Mientras tanto, el uso de los injertos de vides norteamericanas con
variedades europeas se volvió una práctica común en los viñedos.
También varios viticultores comenzaron a probar cultivando y
haciendo vinos de las variedad híbridas llegada a Austria, que
prometían solucionar muchos problemas. En efecto estas
variedades híbridas mostraron resistencia a la plagas, pero el sabor
de sus vinos, marcados por una sensación que evoca las fresas y
matices salvajes no satisfizo del todo los consumidores de vino.
Dentro de estos híbridos se cuentan las uvas Isabella, Concord,
Noha, Clinton, entre otras [3]. En Austria estas variedades híbridas
se llaman Uhudler —se lée ujudla— o Direktträger —que no requieren
injerto [3].
En 1912 llegaría a la Escuela Superior de Klosterneuburg el joven
botánico Friedrich Zweiglet y diez años más tarde su trabajo daría
como fruto la variedad tinta insignia de Austria.
Al ir creciendo, Friedrich mostró interés por la naturaleza,
en especial las plantas y el estudio de los insectos —o sea, la entomología.
Luego de finalizar sus estudios de biología en la Universidad de Graz, Fritz
Zweigelt fue contratado en 1912 por la Escuela Superior de
Klosterneuburg para trabajar en el desarrollo de nuevas variedades
de vid austriacas. En paralelo, Fritz llevó a cabo sus estudios de
doctorado en entomología que concluyeron con éxito en 1921 [4].
Durante sus estudios en Graz, el joven Zweigelt repartió su
entusiasmo entre la biología y las ideas del nacionalsocialismo, en
las que vió algo de solución para la decadencia social por la que
atravesaba Austria [4] y que condujo, en parte, a la primera guerra
mundial y a la disolución del imperio en 1919. Su simpatía por el
partido nacionalsocialista fue creciendo y tanto su habilidad como
investigador, como sus vínculos con el partido le ayudaron en su
naciente carrera académica (Fig. 2).
La convicciones de Fritz Zweigelt en lo profesional, lo llevaron en los
años siguientes a hacer campañas en pro de la calidad del vino
austriaco incluyendo la prohibición del cultivo y producción de vinos
de las variedades híbridas o Uhudler. Su argumento principal se
basó en el exceso de alcohol metílico o metanol que estas
variedades producen al ser vinificadas. Al contrario del alcohol
etílico o etanol, el metanol es altamente tóxico para los humanos.
En 1933 Fritz se hizo miembro del partido y en 1936 la ley del vino
austriaco altamente proteccionista prohibió el cultivo y vinificación
de las variedades Uhudler, aunque en 1995 la prohibición fue
levantada [2, 5].
En el año de 1943, en plena segunda guerra mundial, Fritz Zweigelt
asumió el cargo de Director de Klosterneuburg y comenzó una
nueva campaña al interior de la institución, esta vez para despedir a
los investigadores y profesores que no simpatizaban con el partido.
En consecuencia Klosterneuburg perdió a varios de los
investigadores y profesores más capacitados [4]. En ese mismo año
el hijo de Zweigelt, cayó en el frente en Alemania; este fue un golpe
devastador.
En 1945, al final de la guerra, el Dr. Zweigelt fue procesado por su
vinculación con el partido nacionalsocialista, bajo el delito de
instigación del pueblo al odio —Volksverhetzung—, y fue puesto en
prisión por seis meses. Al cabo de los cuales su proceso fue
archivado y Zweigelt quedó en libertad. Con su conocimiento y
capacidad podría apoyar la reconstrucción de la viticultura
austriaca. Sin embargo, esto no significó que volviera a
Klosterneuburg. A Zweigelt le quedó prohibido ocupar cargos
públicos y no pudo volver a tener acceso a sus preciadas nuevas
variedades austriacas. Desde ese momento hasta su muerte en
1964, Zweigelt se desempeñó como asesor enológico y siguió
gozando, en cierta medida, del respeto y admiración de
vitivinicultores austriacos. Aunque muchos sabían de su previa
vinculación con el nacionalsocialismo, ese tema no se volvió a
tocar... por un buen tiempo [4].
En Kamptal, el viticultor y antiguo alumno del Dr. Zweigelt, Lenz
Moser, probó por varios años una forma de cultivo de la vid que
fuera idónea para las condiciones y necesidades de la viticultura
austriaca. Al perfeccionarla, en la década del 1950 promovió su
práctica y este sistema pasó a llamarse Lenz Moser o Hochkultur
—cultivo elevado, por el crecimiento de las plantas y la distancia de
los racimos y el suelo— [2, 4]. El sistema Lenz Moser atendía las
siguientes necesidades: aseguraba la salud y resistencia de las
plantas, prometía altos volúmenes de producción y facilitaba el
manejo del viñedo con tractores y técnicas de automatización. En
menos de una década el sistema fue adoptado en la mayoría de los
viñedos austriacos. Aún hoy, este es el sistema de cultivo de vid
dominante y ha sido bien adaptado al actual énfasis en la calidad
de uva y no en su cantidad.
Para que el sistema Lenz Moser funcionara era necesario probarlo
con las variedades adecuadas, Los primeros intentos de cultivo
elevado los hizo Moser con las variedades blancas Grüner Veltliner
y Riesling y quedó satisfecho. Luego probó con variedades tintas, y
aunque tuvo a disposición a Blaufränkisch, Sankt Laurent y Pinot
Noir, de antemano sabía que eran variedades demandantes cuyo
rendimiento se afectaba fácilmente. Fue entonces cuando recordó
los prometedores cruces que Zweigelt había hecho en
Klosterneuburg. Ensayó con Rotburger (el cruce Sankt Laurent x
Blaufränkisch) y quedó muy complacido con los resultados. Era la
uva tinta más prometedora para levantar la viticultura austriaca.
La sugerencia de Moser resonó en algunos miembros de las
comisiones reguladoras de la vitivinicultura austriaca en el
ministerio de agricultura y en el catálogo oficial de 1972 de
variedades de vid autorizadas y recomendadas apareció
Rotburger con su nuevo nombre oficial “Zweigeltrebe Blau”. Luego,
en 1978 este nombre se simplificó a Blauer Zweigelt, que es como
hasta hoy se mantiene [4]. Rotburger sigue siendo un sinónimo
autorizado aunque comercialmente la mayoría de los vinos solo
mencionan a la uva como Zweigelt. Ocho años después de la
muerte de Fritz Zweigelt, la uva Rotburger tomó su nombre.
La variedad Zweigelt se cultiva y vinifica, no solo en Austria sino
también en Alemania, Japón y Canadá. Su consumo, aunque lejos
de ser masivo, se ha extendido a países en casi todos los
continentes. A propósito, Brasil y Colombia son los países pioneros
en el consumo de Zweigelt en Sudamérica. Posiblemente el
prometedor posicionamiento de la uva Zweigelt en la escena
internacional del vino se debe tanto a sus cualidades enológicas
como a la suma de estas con su particular nombre. Solo al indagar
en su historia emergen Fritz Zweigelt y de paso sus convicciones
políticas. Callar los detalles del contexto de esta uva no quiere decir
haberlos olvidado y tarde o temprano estos salen a la superficie.
Las acciones y eventos de su proyecto han tenido eco en algunos
miembros del sector gastronómico vienés, algunos viticultores
austriacos y del historiador Robert Streibel, quien también en 2018
publicó la novela documental, “Der Wein des Vergessens” —El vino
del olvido— desarrollando un tema directamente relacionado con la
polémica [7]. Dentro de los opositores de la campaña están los
mismos descendientes del Dr. Fritz Zweigelt: Weingut Leitner, en
Kamptal. Para los Leitner, las razones de marketing harían inviable
la propuesta de desweigeltización de Zweigelt [7, 8].
A la fecha el tema parece estar dormido. El año 2020 llegó con un
reto más grande, en forma de virus, que está repercutiendo en
todos los aspectos de la vida humana a nivel global. Posiblemente
las discusiones y propuestas formales de cambio de nombre de la
uva Blauer Zweigelt tendrán que esperar. Además, esta uva
llagará a su primer siglo de vida en 2022. ¿Será que la
celebraremos usando el nombre con el ya estamos familiarizados o
tendremos que adaptarnos a uno nuevo? Una cosa es segura, así
cambie el nombre de Blauer Zweigelt, a Rotburger o Blauer Montag,
esta seguirá teniendo ese carácter único y austriaco que nos ha
motivado apreciar sus vinos y ello le dará continuidad a las historias
que sobre ella contaremos.